
Un barrio peculiar
El Saucar, también conocido como el “barrio de los americanos”, surgió con la llegada de las tropas estadounidenses a Torrejón de Ardoz. Fue construido en 1957 por la empresa torrejonera Inmobiliaria Torrejón S.A., con la intención de albergar exclusivamente a población americana destinada en la base. El ayuntamiento cedió 33.041’88 m² de terreno para su construcción cerca de la antigua carretera de acceso a la base, donde se edificaron 120 chalés y 180 viviendas en altura. El barrio estaba situado en las afueras del pueblo, en una zona de campo entre Torrejón y la base, lo que hacía que esta colonia estuviera completamente aislada. Su solitaria condición ha cambiado con los años, ya que el paulatino crecimiento de Torrejón ha hecho que El Saucar pasara a formar parte del casco urbano. “Con el crecimiento de la ciudad, El Saucar se ha convertido en una parte más de Torrejón, pero en nuestra adolescencia el barrio estaba en medio de la nada”, expresa José Miguel, torrejonero y vecino del barrio en su juventud.
Fuente: Archivo Municipal de Torrejón de Ardoz
José Miguel Morón Moreira (1969) y Joaquina Norris Murillo (1966) fueron vecinos en el barrio de El Saucar. A priori, se trataba de una zona exclusiva para trabajadores estadounidenses destinados en la base y sus familias, pero los torrejoneros que trabajaban en el propio barrio o en la base también podían optar a una vivienda en su interior. Por ello, debido a sus situaciones familiares, José Miguel y Quina (como la conocen sus allegados) vivieron en las calles de esta peculiar colonia durante su infancia, adolescencia y parte de su juventud, cuando decidieron tomar rumbos alejados de Torrejón. Siendo de los pocos torrejoneros que habitaron este barrio durante la presencia americana en la ciudad, ambos relatan las particularidades de El Saucar, evidenciando la influencia de la cultura estadounidense en la zona y las enormes diferencias que existían con respecto al resto de Torrejón.
Durante 35 años, hasta 1992, gran parte de los militares y los civiles que trabajaban en la base habitaron las casas de este barrio típicamente americano. Funcionó como una colonia estadounidense, un extracto de Estados Unidos en Torrejón. En él se conservaba el idioma, la cultura e incluso la estética de las calles y las viviendas, con la clara intención de hacer sentir a los estadounidenses “como en casa”.
Ciudadanos españoles que trabajaban en la base, o en el propio barrio, también habitaron la zona, convirtiéndose en el centro neurálgico de la unión entre ambas culturas. De esta manera, El Saucar fue testigo de la diferencia entre la forma de vida estadounidense y la torrejonera. La presencia de frigoríficos, calefacción, televisores a color y, sobre todo, coches lujosos evidenció la distancia económica entre ambas comunidades, principalmente durante los primeros años. Esto mismo también se pudo comprobar con la forma de vestir, en especial con la presencia de los pantalones tejanos o las camisetas de equipos deportivos estadounidenses, prendas de ropa nunca antes vistas en España.

inicios de el saucar
Fuente: Archivo Municipal de Torrejón de Ardoz

Tienda de regalos de el saucar
Tal y como aclara José Miguel, esta diferencia también se percibía en el entretenimiento de la juventud: “En España estábamos jugando al trompo y ellos estaban con la Atari jugando a videojuegos”. También era muy común verles practicar “béisbol o fútbol americano”, o incluso realizar “batallas de breakdance”, siendo esta una de las primeras representaciones de la cultura Hip-Hop en Torrejón. “Ver a los chavales bailando con aquella música en España ni se imaginaba. Esto sería alrededor de 1978/1980 y aquí estábamos escuchando a Manolo Escobar y Lola Flores. Absolutamente nada que ver”, expresa José Miguel entre risas.
“En España los niños se suelen quedar con los abuelos pero los militares estadounidenses, al venir sin la familia solían contratar a una niñera. El llamado babysitting”, apunta Quina sobre las costumbres americanas presentes en el barrio. Ella también destaca la variedad de comidas que descubrió gracias a sus vecinos estadounidenses. “Me encantaba ir a casa de mi amiga Windy a comer patatas Pringles y los típicos sandwiches con mayonesa, jamón, queso...”, recuerda. “Tenían acceso a comidas de todo tipo gracias a la base”, especifica José Miguel. “Desde cereales, hasta hamburguesas, pizzas, platos congelados,... De todo”.
Fuente: Archivo Municipal de Torrejón de Ardoz

vista panorámica del barrio de el saucar
Fuente: Archivo Municipal de Torrejón de Ardoz
Aunque se construyeron casas en el interior de la base, esta colonia americana surgió como complemento a las mismas y fue el primer punto de unión entre la población americana y la española. Esta colonia funcionó como nexo entre ambas culturas y como puerta de entrada de la mayor herencia que los estadounidenses dejaron en la ciudad: la cultura Hip-Hop, que con el tiempo se desarrollaría profesionalmente en muchos puntos de Torrejón.



